Páginas

1 de diciembre de 2013

Flor de Durazno (1917)

Considerado como la figura más prominente en la historia del tango, el cantante y compositor Carlos Gardel llevó la cultura del tango argentino a todo el mundo, volviéndose uno de los artistas latinoamericanos más conocidos internacionalmente al momento de su trágica muerte. De origen francés, Gardel pasó su infancia en el barrio de Abasto, en la ciudad de Buenos Aires, donde comenzó a desarrollar su estilo cantando en bares y en fiestas privadas. En 1917, Carlos Gardel comenzaría a realizar grabaciones, iniciando la brillante carrera que lo llevaría a recorrer el mundo. Gran parte del atractivo del joven cantante eran su presencia y porte, que no pasaron desapercibidos por la industria cinematográfica, y ese mismo año la naciente estrella del tango se vio debutando en la pantalla de plata. El título de la cinta sería "Flor de Durazno", adaptación de la popular novela del mismo nombre, escrita por Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, mejor conocido como Hugo Wast. Y si bien la cinta fue un gran éxito en taquilla, no representa ni el mejor momento de Gardel ni del cine argentino de su época.

"Flor de Durazno" es la historia de Rina (Ilde Pirovano), una joven serrana que vive con su padre Germán (Diego Figueroa) en su pequeña granja. Enamorada de ella se encuentra su primo Fabián (Carlos Gardel), pero la joven ha crecido embelesada por el joven Miguel Benavides (Argentino Gómez), heredero de una rica plantación. Al tiempo los jóvenes crecen, y Fabián logra conquistar el corazón de Rina, quien finalmente acepta casarse con él. Desafortunadamente, la guerra obliga a Fabián a enlistarse al ejército y la pareja pospone la boda hasta que Fabián regrese. Miguel, que se vuelve el dueño de la plantación, aprovecha la situación para acercarse a Rina, tomando ventaja de que su posición económica le permite ganarse la confianza del padre de Rina, quien se ve envuelto en un pleito legal y ve en Miguel a un consejero de fiar. Con las cartas a su favor, Miguel seduce a Rina, quien termina embarazada de la relación. Cuando Miguel se niega a casarse con Rina, ésta decide huir a la capital, donde pasará penurias al encontrarse sola y en la miseria.

Escrita y dirigida por el director Francisco Defilippis Novoa, "Flor de Durazno" sigue con relativa fidelidad la trama de la novela de Hugo Wast, melodrama de corte naturalista en el que se retrataban las injusticias sociales. Este tipo de historias había encontrado ya gran éxito en el cine, como ejemplifica la cinta "Nobleza gaucha" de 1915, que como la película de Defilippis, tomaba como punto de partida un conflicto entre un malicioso ranchero rico y un gaucho noble pero humilde. "Flor de Durazno" sigue al pie de la letra la fórmula, con la humilde campesina Rina sufriendo estoicamente el abuso y la humillación a la que la somete la clase adinerada, siendo su único motor el amor que siente por su pequeña hija. A pesar de su temática de denuncia, la historia es bastante conservadora, pues Rina encuentra su sufrimiento como un a penitencia, su pecado: haberse olvidado del noble Fabián, quien la recuerda en cada uno de sus viajes con el ejército. La sencilla trama de "Flor de Durazno", aboga por la idea de que la modernidad de la gran ciudad es perversa, mientras que en el campo es donde se encuentra la verdadera nobleza.

"Flor de Durazno" se caracteriza por la sencillez con la que el director Francisco Defilippis Novoa aborda la historia, y por el ágil ritmo en que se desarrolla la trama. Sacando provecho de sus locaciones naturales (y del trabajo del fotógrafo Francisco Mayrhoffer), Defilippis Novoa hace un retrato bucólico de la campiña argentina, la cual se presenta como un apacible lugar donde la vida es más tranquila y sencilla. En contraste, la ciudad se presenta como un lugar sucio y caótico, donde la maldad se esconde en cada esquina. A pesar de la profunda simpleza de la puesta en cámara de Defilippis Novoa, hay momentos interesantes en los que la trama se vuelve a Fabián, quien canta para recordar su tierra y a su amada Rina. En estos momentos, que probablemente se acompañaban de alguna grabación en disco de Gardel, Defilippis aprovecha para mostrarse poético y adentrarnos en la subjetividad de las emociones del personaje. En la misma línea, Defilippis ocasionalmente emplea con originalidad recursos como la doble exposición para ilustrar los recuerdos de sus personajes.

Sin duda el principal atractivo de "Flor de Durazno" es apreciar el debut cinematográfico de Carlos Gardel pero, lamentablemente, esta primera aparición del Zorzal Criollo en el cine deja mucho que desear. De entrada, el cine mudo no es tal vez el mejor medio para que un cantante se luzca (se cuenta que el mismo Gardel abandonó el plató decepcionado de su trabajo), además de que su personaje es bastante secundario en relación a la trama, pues la verdadera estrella de la cinta es Ilde Pirovano. Como Rina, Pirovano carga totalmente con el peso de la cinta, y en general hace un trabajo bastante loable pues, la joven actriz se aleja de las convenciones del cine silente y brinda un trabajo más natural. Caso contrario el de Argentino Gómez, que como el perverso Miguel Benavides, se muestra terriblemente sobreactuado, haciendo una caricatura del arquetipo de villano adinerado. Lo mismo se podría decir del resto del elenco, que mantiene el tono acartonado de los orígenes del cine. Quizás la única excepción (además de Ilde Pirovano) es Diego Figueroa, que logra dar dignidad al personaje de Germán Castillo.

A pesar de que las actuaciones no son realmente lo mejor de la cinta, poco les ayuda el que el guión sea tan simple en su desarrollo, pues los personajes son en su mayoría una colección de arquetipos clásicos del género: la ingenua víctima, su estricto padre, el perverso adinerado, el sabio sacerdote y el noble gaucho. Poco se hace por desarrollar estas personalidades de forma dramática, y el director Francisco Defilippis meramente concentra sus esfuerzos en retratar fielmente la atmósfera de la historia y en contar la anécdota lo mejor posible. Esto deja a "Flor de Durazno" como una oportunidad perdida, que aunque pudo haber servido para explorar el tema de las injusticias sociales, se queda en un simple melodrama naturalista donde nuevamente el malvado rico abusa de la nobleza de los pobres. Por supuesto, mucho de esto se puede achacar a la novela de Hugo Wast, que ya de origen carga con estos y otros defectos; pero dado su enorme éxito comercial, probablemente Defilippis optó por no hacer demasiados cambios a una fórmula por demás probada.

Como la novela en la que está basada, "Flor de Durazno" fue un gran éxito de taquilla; sin embargo, como se menciono anteriormente Gardel no quedó muy conforme con el resultado. Carlos Gardel permanecería concentrado en su carrera musical, y no volvería a estar frente a la cámara de cine sino hasta 1930, cuando  el director Eduardo Morera lo invitara a participar en una serie de cortometrajes musicales con sonido óptico, con los que reactivaría su faceta como actor. Naturalmente, el cine silente no era el medio adecuado para aprovechar realmente los talentos de un cantante como Gardel. A pesar de contar con algunos elementos de interés, "Flor de Durazno" no logra elevarse a ser algo más que un sencillo melodrama rural. Una adaptación más libre se realizaría en México en 1945, con la actriz Esther Fernández en el papel de Rina.

5/10
-------------------------------

No hay comentarios.: